jueves, 19 de julio de 2012

Parece que el tiempo no pasa. Pero sí  lo hace. Mirando atrás nos damos cuenta que lo que en nuestra mente pasó hace poco fue hace más de 10 años, 10 años, que se dice pronto. Y es que en nuestra cabeza somos siempre jóvenes, no cambiamos excesivamente, lo que cambia es el cuerpo, que se estira, se arruga, no responde como debiera. Y cuando todo esto comienza a manifestarse nos vamos dando cuenta de que ya no somos tan jóvenes y recurrimos al yo seré siempre joven de espíritu y así será. Por lo menos en mi caso. Creo que es importante ser joven siempre por dentro, realmente es lo que importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario